martes, 26 de julio de 2011

La descolonizaciòn. Los paìses no alineados. El Tercer Mundo

El efecto de la Segunda Guerra Mundial

El conflicto bélico trajo una fuerte aceleración al proceso de crisis de los sistemas coloniales. Los factores que lo explican son varios:

La rápida derrota de Francia, Bélgica y Holanda supuso un fuerte desprestigio de las metrópolis en sus respectivos imperios coloniales. También el imperialismo inglés derrotado en gran parte de Asia sufrió una situación parecida. Las potencias del Eje trataron, evidentemente, de aprovecharse de esta situación. El ejemplo más claro es la apelación que los japoneses hicieron a los pueblos que conquistaron para unirse y rebelarse contra el dominio de los blancos europeos.


El Reino Unido y la Francia Libre enrolaron en sus ejércitos a muchos habitantes de las colonias. Un ejemplo lo constituye los más de dos millones de hindúes fueron movilizados por el Imperio Británico, o la mayoritaria presencia de magrebíes en el ejército francés que luchó en Italia junto a los Aliados. La sangre derramada legitimó las reivindicaciones de los pueblos colonizados.


Las dos grandes superpotencias surgidas de la guerra, EE.UU. y la URSS, defendían posturas anticolonialistas e impulsaron su proceso de emancipación. Los norteamericanos, además de recordar su propio origen nacional, apoyaron la apertura de mercados para sus capitales y productos y el consiguiente fin de las trabas coloniales. Los soviéticos lo hicieron desde su propia ideología anticapitalista y antiimperialista.


El acuerdo de las dos superpotencias, al que pronto se fue uniendo el voto de los países que iban naciendo en el proceso de descolonización, hizo que la ONU jugara un papel impulsor del proceso descolonizador.

Los modelos de descolonización

Podemos distinguir diversos tipos de descolonización, atendiendo a dos variables. Con respecto a la violencia del proceso nos encontramos con:


Descolonización sin guerra de independencia. Fue el caso cuando las metrópolis comprendieron la inutilidad de resistirse a un proceso histórico ineludible. La ausencia de guerra no implica que no hubiera disturbios importantes, como fue el caso de Marruecos o Túnez, o de gravísimos conflictos o guerras civiles entre comunidades indígenas rivales, como sucedió en la India entre hindúes y musulmanes


Descolonización con guerra de independencia. Cuando la metrópoli se negó a aceptar el cambio. Los ejemplos más claros fueron en Argelia e Indochina en el Imperio francés y en Indonesia en el holandés.


Si tenemos en cuenta los dos grandes imperios coloniales, podemos distinguir entre:

 
Descolonización a la francesa. Tras la humillación de 1940, Francia no estaba preparada para aceptar lo que se veía como una nueva derrota. Pese a que en 1946 sustituyó el término "imperio" por el de Unión Francesa en 1946, el gobierno de París trató de retener por la fuerza el imperio lo que dio lugar a un proceso descolonizador traumático.


Descolonización a la inglesa. Sin el sentimiento de frustración francés, con cierta experiencia descolonizadora en el período de entreguerras (los "Dominios" e Irak y Egipto), y con la creación de la Commonwealth en 1931 como fórmula para mantener lazos con las antiguas colonias, el modelo inglés fue menos traumático. No obstante, en algunos casos el proceso descolonizador fue un absoluto fracaso, dejando tras de sí guerras entre poblaciones enfrentados que han continuado hasta el siglo XXI. Es el caso de hindúes y musulmanes en la antigua colonia de la India, hoy prolongado en el conflicto entre India y Pakistán; y, sobre todo, el caso de la colonia de Palestina, origen del largo y sangriento conflicto de Oriente Medio
 
El Movimiento de los Países No Alineados


Los países del Tercer Mundo, muchos de ellos recién llegados a la independencia tras el período colonial, estaban abocados a una escena internacional en la que tenían un escaso protagonismo y en la que la dinámica del enfrentamiento entre los bloques les llevaba a un forzoso alineamiento con uno u otro.


La Conferencia afro-asiática de Bandung en 1955


La iniciativa de su convocatoria provino de los cinco primeros países descolonizados en Asia: Pakistán, India, Indonesia, Ceilán y Birmania. La figura impulsora fue Nehru. El líder hindú asistía alarmada a la extensión de la guerra fría al continente asiático tras el conflicto de Corea y quería evitar a toda costa que Asia se dividiera en bloques enfrentados tal como la formación de la SEATO o la alianza chino-soviética parecía anunciar.

Los cinco países decidieron convocar una Conferencia en la ciudad indonesia de Bandung en abril de 1955. Veintinueve países acudieron: 23 asiáticas, de los que 14 procedían del Asia oriental, y 6 africanos, de los que 4 pertenecían al África negra. Ni la China nacionalista ni Israel fueron invitadas para evitar el boicot de la China Popular y de los países árabes respectivamente, ni tampoco lo fue África del Sur, condenada por su política de apartheid. Representantes de los países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez), que aún no habían alcanzado la independencia, enviaron observadores a la Conferencia.

El "espíritu de Bandung"

En la Conferencia, como no podía ser menos, hubo una unánime condena del colonialismo que aún dominaba en África y el sistema racista del apartheid. También fue unánime la llamada al mundo desarrollado para que cooperase en la lucha contra el subdesarrollo y la pobreza. Por último, en lo que se refería a las relaciones entre estados, se acordaron cinco principios, concebidos por Sukarno y popularizados por Nehru, que vendrían a convertirse en las ideas clave del movimiento de los países no alineados:

Respeto a la soberanía y la integridad territoriales

Igualdad entre las razas y las naciones

No agresión

No injerencia en los asuntos internos de cada país

Coexistencia pacífica

Sin embargo, pese a estas demandas comunes, fue desde un principio muy evidente la existencia de tres grandes corrientes enfrentadas:

Los No Alineados, con Nehru y Nasser a la cabeza, condenaban la política de bloques militares enfrentados.

Los Pro-Occidentales (Turquía, Irak, Pakistán, Ceilán...) defendían la posibilidad de que cada país se integrara en alianzas militares regionales como la SEATO o el Pacto de Bagdad. Estos países intentaron que la Conferencia aprobara una resolución condenando todos los imperialismo, incluido el soviético, pero fracasaron en su empeño. El prestigio de la URSS y el reciente pasado colonial eran aún muy fuertes.

Los dos Países Comunistas (China y Vietnam del Norte). Zhou Enlai, el representante chino, fue enormemente hábil en frenar las iniciativas de los países pro-occidentales y obtener un gran prestigio para la China de Mao.

En definitiva, la Conferencia de Bandung supuso un momento clave en el proceso de descolonización y en el intento de emancipación del Tercer Mundo. En el terreno de las relaciones internacionales fue el origen del movimiento de los países no alineados.
 
El Tercer Mundo
 
El término Tercer Mundo fue acuñado en los años cincuenta para referirse a los países de Asia, África y América Latina poco avanzados tecnológicamente, con economía dependiente de la exportación de productos agrícolas y materias primas, altas tasas de analfabetismo, crecimiento demográfico galopante y gran inestabilidad política.

Estos países, muchos de ellos recientemente independizados de las potencias coloniales europeas, se articularon políticamente en la Conferencia de Bandung en 1955 y en el movimiento de países alineados. El Tercer Mundo de los países no alineados se distinguía así del Primer Mundo de naciones desarrolladas capitalistas y el Segundo Mundo alineado en torno a la URSS.

Aunque este término se sigue utilizando para designar a los países subdesarrollados, el concepto de Tercer Mundo se ha ido vaciando de contenido en un doble sentido. En el político, al desaparecer el bloque soviético, en el económico, al emerger países industrializados nuevos como Taiwan o Corea del Sur y los países petrolíferos de Oriente Medio.

LA DESCOLONIZACIÒN